domingo, 20 de diciembre de 2015

La ciencia y la felicidad

Por: Chato Wilbury

Nadie que se precie de amar la naturaleza debería consumir desechables.



Pero para amar algo, hay que conocerlo. Nunca conocemos nada totalmente, pero entre más conocemos cualquier cosa, podemos hablar con mayor razón. Cuando conoces a alguien, no confías a ciegas en lo que te dicen de esa persona. Al contrario, lo que te dicen son ideas que tienes que probar o rechazar hasta hacerte tu propio concepto.



Esa forma de pensar es la que nos permite sobrevivir y mejorar. No puedes considerarte conocedor si tomas una sola fuente como absoluta e inequívoca. Si confías sólo en una persona, en un libro o en una historia que se cuenta a voces, estás condenado a sufrir engaños de individuos con intenciones destructivas o incluso condenado a desairarte por tus propias ilusiones; Hechos que alejan la felicidad (y coincides conmigo que la felicidad es la razón para estar en el mundo, no?).



Cuando nuestra forma de pensar crítica y comparativa llega a mucha gente se llama “Democratización de la Ciencia”.



Y QUÉ CON LOS DESECHABLES?

Si la mentalidad científica se democratizara, seriamos críticos con cada paso que andamos. Nunca totalmente, pero por lo menos seríamos cada vez más conscientes de que podemos serlo. Cada compra que hacemos detonaría un análisis de los procesos necesarios para que ese producto llegue al anaquel. Ese destello nos hace pensar en la cantidad de gasolina, calor, electricidad y explotación de la naturaleza a causa del envase que tenemos en la mano!



Este proceso es cada vez más dificil. El contacto con la naturaleza se complica conforme avanza la cultura urbana. Antes la gente sabía cómo se sentía pelar una guanábana o una piña. Hoy, hay gente que no conoce algunas frutas en vivo. Sólo las reconocería en un mercado por la imagen impresa en el envase del jugo que está bebiendo, pero las tendencias de diseño también evolucionan y pronto surgirán etiquetas que no tengan imágenes, con el fin de simplificar la propuesta gráfica.
 
Sabrá Dios como son las frutas
que dieron estos jugos!



PERO QUÉ CON LOS DESECHABLES?

Hoy partí mi piña. Me batí las manos, le arranqué las brácteas a mordidas, senti su dulzura y sé que la cáscara y las hojas serán tierra en menos de 6 meses. Cuando se conjuga el pensamiento crítico y el contacto con la naturaleza, se llega a un estado de aprecio por la vida y felicidad plena.


Cada cosa que hacemos es especial
cuando nos gusta la ciencia


Una sensación que es más lejana cuando compramos un tetrapak y lo aventamos a la basura más cercana. A veces sin siquiera aplastarlo, expresando un desprecio tácito por nuestro pequeño refugio vital.


 ...Creo que este pelao lo dijo mejor

2 comentarios:

  1. Muy bien dicho. Falta mucho cariño y respeto a nuestro planeta. Como alguien dijo: "es más fácil organizar una cumbre para la conservación del medio ambiente que agacharse al piso a recoger y tirar a la basura una cáscara de plátano..."

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    1. Muchas gracias, pepe! Y esa frase que dices muy cierta, lamentablemente. Saludos

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